Mi viaje a Bogota fue muy muy bueno, tantas cosas que hacer, una ciudad tan limpia, con tanta historia, tan bien organizada y tan amable, donde provoca caminar, conocer, visitar y perderse en historias.
No me sorprendio tanto la gastronomia, son sabores muy parecidos a los que recuerdo de infancia, cocinas muy parecidas y que a veces cuesta diferenciar una de otra, siendo aun, nuestro aji dulce una gran ventaja que tenemos los venezolanos.
La movida gastronomica es importante, hay para todos los gustos y para todos los bolsillos, siempre de muy buena calidad y presentada, en su mayoria, de manera honesta.
Encontre gente muy orgullosa de ser colombiana y una vez mas, orgullosa de ser parte de un conjunto de locaciones, que unidas unas a otras no hacen mas que enriquecer y entrelazar la cultura, haciendola fuerte y autentica.
Ir a club colombia a desayunar un fin de semana es parada obligatoria y necesaria para poder despues presumir de haber comido bien en esa gran ciudad.
Hay sitios tan emblematicos como buenos, ejemplo de ellos es el restaurant H. Sasson, dirigido esplendidamente por el propio Harry, donde vi una de las producciones mas espectaculares que he visto en mi vida y donde la cocina es tan honesta y confiable que se encuentra 100% a la vista del publico, ejemplo de limpieza y buenos haceres que lo diferencian de el grueso de las ofertas de bogota.
Pero mis mayores halagos van dirigidos a los hermanos Rausch, llevan una de las cocinas mas pulcras y perfectas que he llegado a ver en mis 28 anos de vida. El restaurant Criterion, ubicado en la zona G, es algo pequeno para las mesas que abarca, pero tuve la suerte de poder sentarme fuera, donde solo se cuentan con dos mesas, si no me equivoco. El menu degustacion, algo caro a la vista, pero si uno es aventurado y lo pide, pues se encontrara con una gratisima sorpresa, haciendo que el bolsillo golpeado carezca de importancia. Fue definitivamente la mejor comida que pude saborear en bogota y lo recomiendo ampliamente, desde el aperitivo hasta el postre fue una experiencia que tardare tiempo en olvidar y no dudo que cada vez que pueda ir a Bogota, tratare de visitar Criterion, porque se lo merece, al igual que Rausch Pàtissier, ubicado a solo una cuadra del restaurant, en la misma zona G, donde todo se veia super apetitoso, pero donde lamentablemente no pude comer nada, quede satisfecho con Criterion.
Hay muy buenas opciones de comida incluso en la montana de monserrat, donde tuve la oportunidad de comer en un restaurant mas bien frances llamado Casa San Isidro, la relacion calidad-precio esta algo mas desequilibrada, pero el sitio es magico y el ambiente que lo rodea tambien lo es, asi que si estan un poco holgados de presupuesto, pues vale la pena al menos ir a conocer.
Y por ultimo, no podia hacer una referencia de Bogota, sin hacer mension al mitologico Andres Carne de Res, donde tambien tuve la oportundad de conocer y comer. Es algo caro, la comida es buena sin ser espectacular, pero al fin y al cabo, lo que menos importa de ese sitio es la comida, si en algun momento van, pues me entenderan...
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